Durante el pasado año escolar, el personal docente del Departamento de Educación (DE) participó de diversos adiestramientos y actividades de desarrollo profesional y medidas evaluativas con el fin de desarrollar competencias y destrezas tecnopedagógicas que sirvan para la creación de escenarios de aprendizaje atemperados a la nueva realidad educativa.  De esta forma, el DE valida la eficacia de las iniciativas de desarrollo profesional dirigidas a que los educadores integren de manera más efectiva la tecnología en la sala de clases.

“La mayoría de los maestros, otro personal de apoyo, así como los directores de escuelas del DE, conocerán en qué medida las distintas estrategias utilizadas en el transcurso del Proyecto DE-Innova contribuyeron a cambiar las percepciones sobre la tecnología en la enseñanza, la confianza y comodidad en el manejo de la tecnología y a incrementar la integración de distintas herramientas tecnológicas en las prácticas educativas”, declaró la Dra. Odette Piñeiro Caballero, principal ejecutiva de Global Education Exchange Opportunities (GEEO), empresa que tuvo a su cargo el proceso de evaluación y aprendizaje autodirigido de este proyecto.

Piñeiro Caballero recordó que DE-Innova se implementó para incrementar la resiliencia del sistema educativo público luego del impacto del Huracán María mediante los fondos RESTART.

“Al implementar este proyecto, a partir de abril del 2020, durante la pandemia por COVID-19, colaboramos con todos los educadores del sistema a garantizar el acceso y uso de la tecnología comenzando con los maestros, para que estos a su vez, transfirieran sus conocimientos tecnológicos a sus estudiantes. Para lograr este objetivo, a inicios del pasado curso escolar los educadores, no sólo recibieron computadoras, sino que se administró el Cuestionario de Uso y Percepción de la Tecnología para medir el nivel de sus competencias y habilidades tecnológicas, lo que resultó en el diseño de un Plan Individual Tecnopedagógico (PIT). Este Plan incluyó una ruta de desarrollo profesional atado a uno de tres niveles de integración tecnológica (introductorio, adopción/adaptación e infusión/transformación). Al concluir el año escolar, se midió el desempeño de los educadores nuevamente, y si estos habían logrado progresión de un nivel a otro”, precisó la educadora.

Añadió que con el primer assessment se determinó el nivel tecno pedagógico de cada participante y con esa información se articuló y se hizo disponible un ecosistema de 22 micro credenciales por competencias. Los educadores tomaron adiestramientos según su nivel de integración tecnológica, su rol en el sistema y el equipo que tendrían disponible.  Culminado el ciclo de desarrollo profesional, se realizó un segundo assessment para medir el progreso de más de 22 mil educadores que participaron de esta iniciativa.

Los resultados obtenidos, de acuerdo con Piñeiro Caballero, “son extraordinariamente asombrosos y son reflejo del profesionalismo y el compromiso de los educadores de Puerto Rico”.

Aseguró que los educadores, dentro de sus responsabilidades, dedicaron tiempo para aprender y eso se tradujo a que hubiera una reducción del grupo de docentes que estaba en el nivel introductorio que, básicamente, es cuando el maestro integra la tecnología en la enseñanza, pero es el único que la utiliza de forma activa sin permitir que los estudiantes interactúen con ella. Por otra parte, hubo un aumento marcado en el nivel infusión/transformación, en el cual se enfatiza más un aprendizaje colaborativo en el que los estudiantes eligen las herramientas tecnológicas que se usan en clase y el maestro sirve más bien como una guía.

Según la también exsecretaria de Educación, una de las ventajas de hacer disponible este assessment es que permitirá al liderazgo del sistema de educación pública, y a los programas de preparación de maestro hacer una mejor toma de decisiones.

“Ahora el DE conoce de la mayoría de los docentes (maestros, directores, trabajadores sociales, consejeros, entre otros), quiénes requieren mayor apoyo, quiénes tienen mayores competencias optimizando el uso de la tecnología para procesos instruccionales en todos los niveles, entre otros.  Por lo tanto, se puede ser más efectivo a la hora de diseñar estrategias de desarrollo profesional para los educadores, que vayan directo a las necesidades que deben atenderse sin perder tiempo, dinero, ni recursos”, señaló Piñeiro Caballero.

Finalmente, describió el proceso como uno donde todos los integrantesdel sistema educativo, y la comunidad en general han tenido una ganancia.

“Aquí realmente ganamos todos. Nuestros educadores ganaron en el proceso nuevos conocimientos y competencias, por primera vez alineadas a su realidad como profesionales. Los directores en el Perfil TecnoPedagógico de su escuela (PTE) conocen quiénes requieren mayor o menor apoyo en su facultad. El DE ahora conoce dónde están sus educadores para establecer los andamiajes necesarios que todos los estudiantes tengan el mismo acceso al uso e integración de la tecnología en el proceso de enseñanza. El próximo paso es garantizar que los usos sean de calidad y significativo para insertarnos en la cuarta revolución tecnológica a nivel mundial. De otra parte, GEEO al igual que otras compañías que fuimos parte del proyecto DE-Innova, ahora sabemos cuán efectivos fuimos apoyando al DE en su meta de construir una nueva cultura tecnopedagógica”, puntualizó la educadora.

Todos los educadores que participaron de este proyecto pueden visualizar su Plan Individual Tecnopedagógico (PIT) a través del enlace www.geeopr.app y en la sección de servicios se pueden ver los resultados agregados del proyecto.  Información adicional también puede solicitarse llamando al (787) 621-6777.